Desde muy temprano empecé a moverme por esta ciudad.
No se encontraba mi tía Martha a quien me urgía encontrar, tuve que hacer unas llamadas para saber cual era el plan escolar lo que me llevo a tener un rico desayuno en casa de Daniel junto con Fernando Catalán y otros compañeros de la escuela quienes no fuimos a un dichoso congreso en Puebla.
El semestre esta por terminar y muchos ya no nos veremos, aun no lo sabemos, pero incierto eso es.
Habíamos quedado de vernos por la tarde, pues una reunión o celebración nos esperaba y a cambio recibí una mal humorada voz de “we… yo no hago tu vida”
Ese momento me hizo enfurecerme y maldecir mil cosas… me invitaron a comer y llegue, todo marchó bien y yo estaba ya cansado con más ganas de dormir que de ir a una fiesta ( me empiezo a dar cuenta que los corajes me agotan más de lo normal) pero ahí estuvimos y a pesar de que lo planeado no funciono, una nueva salida teníamos.
Entre cervezas y cigarrillos la noche nos agarro, risas y un juego que un me cuesta trabajo entender y mi poca voluntad de hacerlo me condijo a olvidar el sueño.
Luego teorías y creencias, discusiones y parlamentos, afirmaciones y un debate de politólogos hacían de la reunión algo muy especial.
Yo seguía en mi cabeza, en un mundo, ¿Cuál? No lo sé.
El retorno a casa fue muy frió y la noche más.
Creo que el perdón, ni las disculpas llegaron, ¿Quién estuvo mal? Que importa ya!!!
Creo que se pierden cosas y no esta importando ya.
La incertidumbre me rodea.
Historia De una Noche
Hace 17 años

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