domingo, 26 de octubre de 2008

De Aquí... Pa'llá...

La noche cayó, el camino se iluminada con el alumbrado publico y todos aquellos automovilistas que hacían más largo mi recorrido.

La música de la radio no era buena, así que puse mis discos y entre ellos cierta canción me inspiro a manejar más relajado.

La noche parecía prometedora y la compañía harían que dicha promesa fuese cumplida.

Un café, una buena platica, una buena película inspirada en el ensayo del escritor Saramago, le dieron un toque muy especial a la primera parte de la noche.

La segunda parte de esta noche fue con los compañeros de la escuela, muy padre, la música y las chelas eran buenas, el calor soportable y vaya que la jodida al Dj por una rola que le pedí no falto. Al ritmo de los acordes bailábamos y reíamos por mil cosas que en ese momento pasaban pasajeramente, como todos los que estábamos ahí.

La música se fue, las luces brillaron con rayo de sol y la salida del lugar no se daba abasto, pero después de bajar las escaleras, la calle me recibió con un frió que acobijo mi llegada al auto.

Ya en casa el ruido fue tal, que mi abuela bajo a abrirme la puerta y obvio el regaño por las horas de llegar no pudo esperar a que estuviese más dispuesto a escucharlo.

Ya por la mañana, muy temprano de hecho, todo comenzó de nuevo, sacar el coche que tenia que dejar a la abuela en casa de una prima de ella, pasar por mi madre, ir a centro de la ciudad y dejar unas cosas. Bueno, todo estaba en contra de que yo pudiese descansar en mi habitación como los vampiros de las novelas lo hacen cuando el sol brilla, la gente corre como desquiciada, el trafico te quita la poca paciencia que tienes y el hambre te devora la poca cordura que te quedaba.

Ahora entiendo a los vampiros, porque salen solo de noche.

Ya en casa un poco más tranquilo, repelo el que no digan las cosas como son.

Mi madre se enfada y voltea a verme con esas miradas… esas miradas cuando saben que algo no anda bien

Jajaja!!! Y como no iban a estar bien si yo alegaba frente a un monitor contigo, mientras mi madre decía que porque me regañaba una comp. Por no llegar temprano y estar vestido igual que ayer.

Pero la tarde siguió su rumbo y la noche nuevamente me saludaba, ahora platicaba con un pequeño (literalmente) quien me hizo pasar un rato agradable y no solo, como estaba planeado.

Las manecillas del reloj cambiaron y restaron una hora.

El ser humano jugaba una vez más con el tiempo… y yo nuevamente a sacar el auto y viajar por esa ciudad, donde uno solo pisa el freno… el freno del auto, pues no se puede ya ir a una velocidad estándar en esta ciudad, que cada vez más crece y crece pero en numero de personas maniáticas y llenas de ira por llegar primero.

El mail estaba escrito y yo en un bazar viendo mil cosas me divertí, la idea del cine surgió, pero a mi para nada me latía, pues mi compromiso frente al monitor rompería.

Pero aun así las cosas higuerón un rumbo que no esperaba, aunque no puedo quejarme, pues la comida fue bastante rica.

Pero por fin llegue a casa nuevamente y la platica, risas, corajes y demás llenaron la noche, solo que ahora a tu lado.

Feliz estoy porque ya mero es viernes.

Te amo, de eso no me queda duda, y aunque las cosas estén como sube y baja se que pronto será como los columpios…

Jajaja!!! Se que no hay relación, pero por lo menos se mueven como el péndulo, es decir:

Uniformemente…

Así fue el resto de mi semana.

1 comentario:

José Matos-Carrasquedo dijo...

tu madre debio notar que tu wey te regañaba...

con justa razón....


t amo