
La mañana fue placentera, pues el desayuno ligero pero rico y nutritivo, las clases tranquilas y muy relax, sin necesidad de correr por un libro a la biblioteca o tomar las computadoras del departamento de Informática.
Ya en casa el almuerzo y la familia como todos los días y la conexión a Internet un logro pues la transmisión es clara y la conversación fluida.
Escucho que saldrán, pues una entrevista a un pintor harán y aunque no conocen la obra del mismo, no causa incertidumbre ni tambaleo de argumentos al momento de estar frente a frente en lo que será, es y fue un grandioso trabajo para alguien muy especial para mi.
Un éxito!!! Bien, te lo mereces.
Mientras yo viajo por la gran ciudad, me topo con muchos obstáculos que la gente día a día pone, y lo peor de todo es que es, la misma gente quien se queja por ello.
Tráfico.
Calor.

Incertidumbre.
Molestias.
Violencia.
Miedos.
Y otras tantas cosas de las cuales tenemos conocimiento, pero no somos capaces de hacer algo, ni el más mínimo esfuerzo para erradicar, ya que bien, todos pensamos que es obligación del gobierno eliminar todo eso. Pero esto lo dejamos para otro blog. (Pues bien dice mi Prof. Trujo: Es material para una nota más)
Y bueno entre empujones, gente descarrilada de malas y con más ganas de molestar al prójimo en su retorno al hogar, por fin llegue a los destinos citados.
Concluyo mi día sabiendo que esa personita alimento su ego. Pero en hora buena pues su alimento fue cargado de cosas buenas, como solo el lo merece.

A veces vamos con un rumbo marcado en la agenda o en nuestras vidas cotidianas, ya sea para llegar a algún lugar, llámese trabajo, escuela, cita o simplemente por el hecho de disfrutar nuestra ciudad (cosa que difícilmente hacemos en estos días) y no por perder las ganas, pero somos nosotros quien al ejercer tanta presión, olvidamos que tenemos un bello entorno citadino y que tal vez, si dejasemos a un lado toda esa nesecidad de violencia, bien podriamos apreciarlo y sugerir u opinar para mejorla en lugar de hacer todo lo comunmente acostunbrado, es decir, menospreciandolo. (O bien podría quedar aquí: aventando piedras si ver antes lo culpables que somos).
[Glorieta del Angel de la Independencia, ciudad de México]
[Palacio Nacional]
[Torre Latinoamericana]
No hay comentarios:
Publicar un comentario